¡Cómo duele la existencia!
Como la güata cuando duele de tanta risa.
Duele desde la consciencia; como del alma.
Duele de magia.
Duele de vida.
De realidad excesiva.
De lo impredecible.
De felicidad;
Como dar a luz;
Como ser parido.
Duele de amor, al respirar inevitablemente segundo tras segundo,
camino hacia la muerte que conjuga la vida.
Hay que salir a buscar esta vida y caerse de la bicicleta si así lo quiere el destino.
Dejarse sorprender sin previo aviso.
Muchas veces terminé con las rodillas peladas por ir caminando mientras miraba las estrellas; pero qué lindas y grandes se ven cuando una lágrima las prisma.
No por simplemente latir el corazón se está viviendo. Y no por inspirar profundo finalmente se respira.
Mi humilde consejo es no vivir con tantos miedos protegiéndote a la defensiva; El alma se puede romper en mil pedazos aún no habiendo un solo hueso en ella.
Todos conocemos nuestro destino y nadie va a escapar de él con vida.
Fotografía por mi gran amigo del cosmos Andrii Jandy Prudnikov.
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